viernes, 25 de julio de 2014

¡GRANADA SÍ MERECE LA PENA!

Si bien es cierto – o al menos bajo mi punto de vista – que no llega a superar en encanto a Córdoba, Granada puede presumir de conservar a la perfección su “alma” de pueblo y, sobre todo, de tener una de las joyas arquitectónicas más importantes – y visitadas – del mundo: la Alhambra. Tanto es así, que figura en todas las guías de: “1.000 cosas que ver antes de morir”. 

Con esta introducción queda algo claro: “si vais a Granada TENÉIS que visitar la Alhambra”. No me imagino una visita a la ciudad sin contemplar su máxima joya.
Es más, a los pocos minutos de pisar la ciudad, os daréis cuenta que “la Granada turística” vive de ello, tanto es así, que pasear por algunas de sus calles te hacen transportar a Marruecos.





Para visitar la Alhambra, debéis reservar vuestra entrada por internet y con antelación, dada la gran afluencia de turistas que la visitan, a diario. La entrada cuesta 15,40e (sin visita guiada ni audio guía) y se tarda aproximadamente 3 horas en visitar sus instalaciones. Éstas están repartidas en tres grandes espacios:


GENERALIFE






ALCAZABA

 

   
PALACIOS NAZARÍES (con el famoso Patio de los Leones)






NOTA: podéis llegar a la Alhambra tanto a pie como en bus; por su ascendente camino, os recomiendo la segunda opción, es bastante económica (1euro y algo) y pasan buses con bastante frecuencia desde el centro de Granada.


Y UNA VEZ VISITADA LA ALHAMBRA, ¿QUÉ?

Granada cuenta con una zona turística preciosa de ver y que se puede hacer con una meta obligada: el mirador de San Nicolás. Este es el mirador que queda justo en frente de la Alhambra y donde, no solo se pueden sacar unas fotos preciosas, sino que se puede disfrutar del atardecer con artistas callejeros cantando flamenco. ¡Todo muy de la tierra!


Para llegar a él, se parte desde la Plaza Nueva y se “asciende” caminando por un conjunto de laberínticas calles con pendiente, alrededor de unos 10-15 minutos. El camino es cansado por ser ascendente pero, a la vez, muy bonito y es que transcurre por calles y plazas muy características del barrio del Albaicín. 




 

















En la Plaza Nueva, también hay un paseo muy recomendable: el que transcurre por el rio Darro. Es agradable, tranquilo y bonito; ahora bien, finaliza en una plaza con un conjunto de restaurantes para “guiris”, con lo que es más recomendable comer/cenar en otra zona.





Y aquí hemos topado con otro de los puntos fuertes de Granada: su gastronomía. Se come muy bien, a buen precio y en grandes cantidades. Al mismo tiempo, su gente es muy amable y te sientes muy bien atendido y acogido.

 
 
















¡Ah! Y como ultima sorpresa: su catedral. Es muy imponente y os recomiendo visitarla. 


En resumen, Granada no me ha marcado tanto como Córdoba pero cuenta también con gran encanto; y sí, merece muchísimo la pena ir. La Alhambra hay que visitarla sí o sí, así como el mirador de San Nicolás o el paseo por el río Darro. ¡Granada os sorprenderá y su gente os encantará!



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