Si
bien es cierto – o al menos bajo mi punto de vista – que no llega a superar en
encanto a Córdoba, Granada puede presumir de conservar a la perfección su
“alma” de pueblo y, sobre todo, de tener una de las joyas arquitectónicas más
importantes – y visitadas – del mundo: la Alhambra. Tanto es así, que figura en
todas las guías de: “1.000 cosas que ver antes de morir”.
Con
esta introducción queda algo claro: “si vais a Granada TENÉIS que visitar la
Alhambra”. No me imagino una visita a la ciudad sin contemplar su máxima joya.
Es
más, a los pocos minutos de pisar la ciudad, os daréis cuenta que “la Granada
turística” vive de ello, tanto es así, que pasear por algunas de sus calles te hacen
transportar a Marruecos.
Para
visitar la Alhambra, debéis reservar vuestra entrada por internet y con
antelación, dada la gran afluencia de turistas que la visitan, a diario. La
entrada cuesta 15,40e (sin visita guiada ni audio guía) y se tarda
aproximadamente 3 horas en visitar sus instalaciones. Éstas están repartidas en
tres grandes espacios:
GENERALIFE
ALCAZABA
PALACIOS
NAZARÍES (con el famoso Patio de los Leones)
NOTA:
podéis llegar a la Alhambra tanto a pie como en bus; por su ascendente camino,
os recomiendo la segunda opción, es bastante económica (1euro y algo) y pasan
buses con bastante frecuencia desde el centro de Granada.
Y
UNA VEZ VISITADA LA ALHAMBRA, ¿QUÉ?
Granada
cuenta con una zona turística preciosa de ver y que se puede hacer con una meta
obligada: el mirador de San Nicolás. Este es el mirador que queda justo en
frente de la Alhambra y donde, no solo se pueden sacar unas fotos preciosas,
sino que se puede disfrutar del atardecer con artistas callejeros cantando
flamenco. ¡Todo muy de la tierra!
Para
llegar a él, se parte desde la Plaza Nueva y se “asciende” caminando por un
conjunto de laberínticas calles con pendiente, alrededor de unos 10-15 minutos.
El camino es cansado por ser ascendente pero, a la vez, muy bonito y es que
transcurre por calles y plazas muy características del barrio del Albaicín.
En
la Plaza Nueva, también hay un paseo muy recomendable: el que transcurre por el
rio Darro. Es agradable, tranquilo y bonito; ahora bien, finaliza en una plaza
con un conjunto de restaurantes para “guiris”, con lo que es más recomendable
comer/cenar en otra zona.
Y
aquí hemos topado con otro de los puntos fuertes de Granada: su gastronomía. Se
come muy bien, a buen precio y en grandes cantidades. Al mismo tiempo, su gente
es muy amable y te sientes muy bien atendido y acogido.
¡Ah! Y como ultima sorpresa: su catedral. Es muy imponente y os recomiendo visitarla.
En
resumen, Granada no me ha marcado tanto como Córdoba pero cuenta también con
gran encanto; y sí, merece muchísimo la pena ir. La Alhambra hay que visitarla sí o sí, así como el mirador de San
Nicolás o el paseo por el río Darro. ¡Granada os sorprenderá y su gente os encantará!
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